En enero del 2015 mi familia incluyendo a Gabo se regresaron a México y yo me quede sola a continuar el viaje que tanto había soñado, al principio me dolió la despedida ya que pasamos un invierno muy hermoso. Pero la vida tenía que continuar y había llegado el fin de las vacaciones de invierno, las clases comenzaron de nueva cuenta y me di cuenta que estaba más concentrada en la escuela. Comenzaba a relacionarme más con los compañeros y a ir a las fiestas, me sentí más involucrada al mundo de los compañeros y sentí que me había perdido de ciertos eventos, pero no importaba había disfrutado de otra manera. 

En cuanto a la colocación del estudio, yo no podía continuar pagando sola ya que era muy caro para mi, así que antes de la llegada de mi familia ya había comenzado a buscar un coloque, (rooming) y una tarde después de clases en la puerta de la escuela me crucé con Juriaan un chico alto con el cabello despeinado y me pregunto qué pensaba hacer en la tarde, yo le dije nada, y lo invite a venir a mi casa. Esa tarde él fue a mi casa y conoció el departamento, le comenté que buscaba un coloque y él aprovechó para decirme que él buscaba un departamento. Et voilá! Yo lo acepté y él aceptó, los dos aceptamos y comenzamos a vivir juntos como una pequeñita familia, éramos como hermano neerlandés y hermanita mexicana en Momartre, París. 

Convivir con él fue tan agradable y hermoso, siempre me escuchaba y siempre me contaba sus locas historias, me ayudaba en el francés ya que él estaba más avanzado que yo y de vez en cuento jugábamos palabras en ingles ya que él, habla muy bien ese idioma. En cuanto a mi, Poco a poco mi francés fue mejorando y ya podía expresarme libremente en la escuela y en la ciudad A Juriaan le encantaba leer mucho todo el tiempo, él leía en francés y en inglés. Por las tardes le gustaba cocinar, él preparaba de todo y su especialidad era le ratatouille, también le encantaba tocar la guitarra y cantar sobre las escaleras que están al exterior del apartamento. Muchas veces le gustaba organizar petit soirées  en casa e invitaba gente de la escuela a comer con nosotros, en algunas ocaciones yo preparaba platillos mexicanos, pero no todo el tiempo, porque conseguir los ingredientes, me sale tan caro. Ay que bárbaro, de veras!!!!.

También tuvimos nuestros conflictos pero nada que no se pueda resolver. Nos contábamos nuestros secretos y verdades, el de veces en cuento le gustaba tener su espacio de soledad y cada vez que desaparecía se me hacía algo muy particular de su personalidad y a partir de ese momento  le comencé a decir el chico misterioso que tiene l’indigo time, era tan divertido, creo que no le molestaba…. Ups …Jajjajaja. Para el día de mi cumpleaños la pasamos juntos en el sur de Francia y le encantó probar el tequila, que  mi hermanita había traído cuando vino con su novio para celebrar mon anniversair.

Nos la pasamos muy bien y lo mejor es que teníamos un día a la semana para limpiar la casa juntos. 

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